Monterrey • La celadora Nereida Luna Uscanga fue el contacto con quien negociaron los presuntos delincuentes que el pasado martes entraron al penal del Topo Chico sin someterse a la revisión correspondiente.
De acuerdo a las investigaciones que realizaron los militares y elementos de la Agencia Estatal, Luna Uscanga se encontraba asignada en el área de monitoreo del reclusorio, junto con uno de sus compañeros y fue ella, quien autorizó a los civiles entrar con el arma con la que asesinaron al interno Juan Francisco González Guerrero, a quien apodaban "El Pelón".
Trascendió que Nereida Luna confesó que aceptó apoyarlos, porque recibía ocho mil pesos mensuales como pago por los servicios que les brindaba a los sujetos que son integrantes de un grupo delictivo.
La mujer precisó que sus compañeros con quienes quedó arraigada recibían seis mil pesos por mantenerlos informados de lo que ocurría en el centro penitenciario.
Aparentemente, ella y sus presuntos cómplices, coincidieron en que entraron al penal para entregarle una pistola al interno Juan Mendoza Garza; quien quería estar armado porque temía que lo asesinaran como finalmente ocurrió, porque fue victimado durante la riña que se registró el mismo martes en la noche.
Además, los investigadores establecieron que fueron en total ocho presuntos delincuentes los que llegaron al reclusorio a bordo de dos vehículos, un Altima y un Malibú, ambos con reporte de robo; pero solo lograron la detención de los que quedaron retenidos bajo investigación en las instalaciones de la Agencia Estatal.