Un experto en seguridad afirma que uno de los grandes problemas en el combate al crimen organizado es el factor sorpresa que los criminales tienen a su favor.
Esto quedó demostrado con la incursión al penal del Topo Chico de un grupo de sicarios, pero también con el asesinato de policías, soldados, federales y marinos en otros ataques sorpresivos. Y el problema va para largo, dice el mismo experto.
En contraste, en los círculos de gente que se presume bien informada se maneja el próximo mes de septiembre como la posible fecha en que la inseguridad desaparecerá como por arte de magia o decreto presidencial.
Muchos de ellos están hartos de haber perdido su calidad de vida porque se trasladan en automóviles austeros al no poder utilizar vehículos de lujo.
Y los que no tenían planeado incluir en su presupuesto escoltas e incluso vehículos blindados, son otro segmento de gente bien informada que también exige terminar con la inseguridad.
Lo peor de estos círculos bien informados es que también saben, y muy bien, de muchas operaciones de lavado de dinero. Pero como no hay cobros de piso, secuestros ni ejecuciones de por medio, lo ven como un acto más de corrupción.
Se trata, en realidad, de la columna vertebral del crimen organizado que sospechosamente nadie combate.