Más de 25% de los mil 17 ciudadanos estadunidenses que han muerto en territorio nacional, fallecieron a causa de la violencia del narco .

WASHINGTON, 1 de marzo.— Más de 25% de los mil 17 estadunidenses que han muerto en México entre 2004 y junio de 2010 fallecieron a causa de la violencia desatada por el narcotráfico.
De acuerdo con un análisis de la consultora Stratfor, que cita cifras del Departamento de Estado de la Unión Americana, son 277 los ciudadanos de EU que han muerto por actos violentos de los cárteles.
Esta cifra no incluye el asesinato del agente aduanal Jaime Zapata, acribillado el 15 de febrero en San Luis Potosí.
En un análisis sobre la situación que enfrentarán los estudiantes en México durante sus vacaciones de primavera,la empresa de inteligencia precisó que no hay indicios de que los traficantes ataquen específicamente a turistas.
No obstante, la pugna entre el cártel del Golfo y Los Zetas, fundamentalmente, ha provocado “significativas preocupaciones para la próxima temporada de springbreak. (...) Mientras algunas áreas en México son todavía peores que otras, ninguno de los puntos calientes para el turismo costero carece de riesgo real”, advirtió.
Stratfor también indica que las policías de zonas turísticas se muestran reacias a colaborar en la persecución de delitos.
Ejecutados, 277 estadunidenses
De los mil 17 estadunidenses que han muerto en México entre 2004 y junio de 2010, más de 25 por ciento falleció a consecuencia de la violencia ligada al narcotráfico, indicó un reporte de la agencia Stratfor, que citó cifras del Departamento de Estado.
El texto revela que, según el recuento del gobierno de Washington, 277 estadunidenses han muerto por actos violentos de los cárteles en los últimos siete años, lo que da un promedio de 40 homicidios por año.
La lista incluye el asesinado ocurrido el año pasado en la Presa Falcón, limítrofe entre los dos países.
En un análisis sobre la situación que enfrentarán los visitantes a México durante las vacaciones estudiantiles de primavera, la empresa de inteligencia precisó que no hay indicios de que los cárteles ataquen específicamente a turistas, pero hizo hincapié en que al anular y corromper a las policías locales, auspician en cambio la acción de otros delincuentes.
“En los últimos doce meses, a raíz de la erupción de hostilidades en gran escala entre el cártel del Golfo y su antiguo brazo ejecutor de Los Zetas, la violencia se ha extendido a través de México”, indicó el reporte, que anotó también que a consecuencia de divisiones y cambiantes alianzas entre mafias, se han iniciado violentas guerras por territorio en regiones antes consideradas como pacíficas.
“Esta situación de deterioro en las condiciones de seguridad en México presentan significativas preocupaciones para la próxima temporada de spring break, cuando estudiantes universitarios estadunidenses emigran a climas costeros más cálidos”, indicó.
“Mientras algunas áreas en México son todavía peores que otras, ninguno de los puntos calientes carece de riesgo real para el turismo costero”, advirtió.
De hecho, subrayó que muchos turistas que llegan a México parecen creer que los cárteles no atacan a los extranjeros para no afectar a la economía, pero asentó que “ésa no es una evaluación correcta”.
De hecho, añadió, “ninguno de los cárteles mexicanos de la droga ha mostrado comportamiento que haga pensar que conscientemente mantengan a los turistas fuera de la línea de fuego o lejos de los espantosos despliegues de sus víctimas. La violencia se expande y aunque los turistas pueden no ser blanco directo de los cárteles pueden ser atrapados en el fuego cruzado o expuestos de otra forma a la carnicería”.
La agencia Stratfor anotó que si bien la industria turística no es por sí misma relevante para las actividades de los cárteles, el que se desarrolle más en zonas costeras cercanas a ciudades con puertos, que son usados por los cárteles como zonas de tránsito, las batallas por el control de ellos pone a los visitantes cerca de la violencia.
Para la agencia especializada en seguridad, mientras turismo y narcotráfico rara vez se cruzan, pueden sobreponerse entre sí. “El 2010 vio a los cárteles aumentar grandemente su influencia sobre entidades policiacas municipales y estatales, mas allá de niveles previos, y la corrupción entre los cuerpos de policía mexicanos ha alcanzado proporciones epidémicas”.
Actualmente, aseguró, los visitantes no deben sorprenderse de encontrar policías que esperan coimas como una cuestión de rutina o que están involucrados en extorsión y con pandillas de secuestradores por rescate”.
Esa expansión de influencia de los cárteles es evidente en el creciente número de asesinatos e incidentes de intimidación, corruptela e infiltración, al grado que las policías locales y regionales han sido neutralizadas, consideró Stratfor, por lo cual donde quiera que operen —tanto en áreas turísticas como en las que no lo son— los oficiales de policía pueden ser “indiferentes, impredecibles y con frecuencia no dispuestos a interceder en problemas entre visitantes y locales”.
La operación tripartita busca atrapar a socios colombianos del líder del cártel de Sinaloa
Colombia, México y Estados Unidos lanzaron la más grande operación conjunta orientada a “cortar los vasos comunicantes” entre grupos del narcotráfico, especialmente contra el líder del cartel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, reveló ayer la policía colombiana.
La llamada Operación Mercurio ha permitido identificar e incluir en la denominada Lista Clinton (empresas financiadas por el narcotráfico, según las autoridades de Washington) a 45 compañías de México, Ecuador, Panamá, España, Estados Unidos y Colombia.
La operación trinacional se inició la semana pasada y ha permitido expedir tres órdenes de captura con fines de extradición contra los enlaces en Colombia de Guzmán, alias El Chapo, informó el director de la Policía Nacional de Colombia, general Oscar Naranjo.
Según Naranjo, la operación ha permitido detener a más de 60 personas, entre ellas, a Sergio Antonio Mora, alias El Toto, cabecilla del cártel mexicano de Los Zetas, del que dijo, es presuntamente responsable de la muerte de Jaime Zapata, un agente del Servicio de Aduanas e Inmigración de Estados Unidos.
El director de la Policía de Colombia dijo que se trata de una “cacería internacional” en la que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) y la Agencia Estadunidense Antidrogas (DEA) buscan a tres hermanos presuntos socios de El Chapo Guzmán.
Ellos son Jorge Milton, Dolly de Jesús e Hildebrando Alexander Cifuentes Villa.
Según las investigaciones, los tres “heredaron” los negocios ilícitos de su hermano Francisco Cifuentes Villa, alias Pancho Cifuentes, quien se inició en el tráfico de estupefacientes como piloto y hombre de confianza de Pablo Escobar, fallecido jefe del cártel de Medellín. Pancho Cifuentes fue asesinado el 23 de abril de 2007.
La Policía colombiana considera que de esta manera se da comienzo a la mayor acción conjunta “orientada a cortar los vasos comunicantes entre las organizaciones de narcotráfico que afectan los intereses de los tres países”.