Paco, Keco y Nazi

Pese a que sus familiares pagaron un rescate de 105 mil pesos, un adolescente de 17 años fue asesinado después de permanecer secuestrado cuatro días, se ventiló ayer en una audiencia de control de detención.

Una mujer que presuntamente participó en ese hecho, Mariana Michelle Martínez Romero, de 25 años, fue detenida mediante la figura jurídica de caso urgente, es decir, porque el agente del Ministerio Público tenía una sospecha fundada.

Además, la representación social presentó a la arrestada ante el juez de Garantía Ever Sandoval, quien calificó de legal la detención porque se cumplían las tres premisas de ley para ello: que la sospechosa podía huir, que se trata de un caso grave y que no se tenía tiempo para obtener una orden de aprehensión.

De acuerdo con el relato que realizó la parte acusadora, el menor fue “levantado” por sus captores el 21 de julio en el cruce de las avenidas Tecnológico y Ejército Nacional.

La víctima fue trasladada a un domicilio en calle Ignacio Mejía número 623 en la colonia Cuauhtémoc, donde la mantuvieron en cautiverio, narró.

También dijo que los plagiarios se comunicaron con la familia del adolescente y se pactó la entrega de 105 mil pesos por su rescate, dinero que fue entregado el 23 de julio.

Los agentes investigadores observaron a la mujer cuando, en compañía de otro hombre, recogió la suma, pero no la detuvieron para no arriesgar la vida del menor, quien aún se encontraba privado de su libertad, estableció.

El agente del Ministerio Público dijo que, sin embargo, la víctima fue asesinada, pero no dio a conocer dónde fue localizado el cadáver ni cuándo ocurrió el crimen.

Lo que sí informó fue que la mujer fue detenida el 25 de julio.

Pero según información de la Fiscalía General del Estado (FGE), el único adolescente asesinado en días recientes fue localizado precisamente el día 25, en el cruce de las calles Grulla y Tomás Urbina, en la colonia Granjas de Chapultepec.

Trascendió que fue torturado y que sus asesinos lo arrojaron a la vía pública aprovechando la oscuridad de la noche y la ausencia de alumbrado público.

El cuerpo tenía la cabeza cubierta con una bolsa blanca de plástico atada con un alambre a la altura del cuello. Las manos también las llevaba atadas con cinta adhesiva transparente.

Luego de dar a conocer los antecedentes del caso, la representación social le formuló la imputación a la detenida por el delito de secuestro con penalidad agravada, atendiendo al desenlace fatal de los hechos.

Ayer, el juez programó para el 2 de agosto a las 12:00 horas la audiencia donde se decidirá si se vincula o no a proceso.